El comercio aumentará los empleos industriales bajo los dos acuerdos de Trump

Por Paul Gallagher y Marcia Merry Baker


El presidente Donald Trump ha firmado dos acuerdos significativos en dos días distintos, un acuerdo comercial recíproco de primera fase con China, y luego otro entre Estados Unidos, México y Canadá, también conocido en inglés como USMCA. El efecto más notable será un incremento en los empleos industriales y manufactureros en Estados Unidos, y la disponibilidad de productos industriales y de consumo estadounidenses para su uso en China. Debido a la altura mostrada en las relaciones positivas del Presidente con el presidente Xi de China y López Obrador de México, ha mejorado la perspectiva de corto plazo para la cooperación en proyectos de desarrollo económico conjuntos entre estas tres naciones y más.

El presidente Donald J. Trump con el Viceprimer ministro Liu He, la ceremonia de firma del acuerdoo coemrcial de Fase Uno en la Casa Blnaca entre Estados Unidos y China, el 15 de enero de 2020.

Trump firmó el acuerdo entre EE.UU. y China el 15 de enero en Washington con el viceprimer ministro Liu He, calificándolo de "justo y recíproco", el 16, el Senado le mandó el USMCA que esperaba ser firmado en la semana del 20.

En la firma del día 15, el Presidente declaró por segunda vez que intentará ir a China en "un futuro no lejano" para discutir más acuerdos. Aunque no se ha establecido ninguna visita, esta declaración es importante tanto para China como muestra de respeto recíproco, como para la paz mundial y el desarrollo económico, dado que podría llevar a una cumbre en el corto plazo.

Trump elogió a su "buen amigo" el presidente Xi Jinping: "Hemos desarrollado una cooperación increíble a través de este proceso". Ahora, dijo, prevé "una mayor armonía entre EE.UU. y China, llevando a una paz mundial más fuerte". Los gobiernos han hecho "una gran inversión entre ellos", añadió Trump. Yendo más allá del comercio, el Presidente elogió a Xi por ayudar a las negociaciones de Trump para la desnuclearización en Corea del Norte, y recalcó el respeto que el líder Kim Jong-Un, de la República Democrática Popular de Corea, tiene por el Presidente Xi. En general, "China nos ayuda y nosotros les ayudamos. Hemos creado un bello mosaico de cooperación", dijo Trump. (Se pueden imaginar los lectores las reacciones de los salvajes que despotrican contra China, el Vicepresidente Pence y el Secretario de Estado Pompeo).

Por el lado chino, Liu  He leyó una carta de Xi a Trump, en la que el Presidente chino dijo "Me mantendré en contacto cercano con usted personalmente", en la implementación y el progreso.


Lo que supone el acuerdo EE.UU.-China


Lo que más sorprendió a aquellos especuladores sobre el acuerdo, es que su impacto en las exportaciones manufactureras/industriales y de energía a China tiene la probabilidad de que sea sustancialmente mayor que en las exportaciones de alimentos, especulaciones que  habían dominado la discusión en los medios antes del 15 de enero. China acuerda aumentar la importación de bienes manufactureros de Estados Unidos por un valor relativamente inferior a $80.000 millones de dólares entre 2020-21; estas exportaciones de EE.UU. a China han tenido recientemente un valor de $50.000 millones de dólares. Las exportaciones de energía no han sido de más de $10.000 millones de dólares anuales durante años, pero van a aumentar por un valor sustancial de $52.000 millones de dólares entre 2020-21. Las exportaciones agrícolas, por otro lado, han estado en un rango de $10.000-$15.000 millones de dólares al año, y se ha acordado en aumentarlas por $40.000 millones entre 2020-21. Habrá un aumento de importaciones en vacuno, porcino, aves de corral, marisco, lácteos, arroz y patatas.

El beneficio proveniente del acuedo comercial entre EE.UU. - China y el USMCA para las exportaciones manufactureras y de energía será mayor que para la exportación de alimentos. En la foto: Una empleada de Ford instalando un motor en un Ford Explorer en su planta de ensamblaje en Chicago, junio de 2019.
De manera proporcional, en la energía y la agricultura se dan también mayores incrementos - si se implementa tal y como se ha acordado. Pero en términos de volúmenes de exportaciones, más importante aún en términos de empleos adicionales  bien pagados que deberían resultar en Estados Unidos, predominan los manufactureros. La maquinaría eléctrica y los equipos de comunicación serán particularmente los más favorecidos.


Esto no solo va en concordancia con el objetivo de la Administración Trump de incrementar las exportaciones a China, poniendo el comercio en un mejor equilibrio y aumentando la industria y la manufactura en Estados Unidos. También refleja la propia política de China de trabajar por aumentar las importaciones de PYMES estadounidenses, una de las metas clave del proyecto de dos años "Import Expo". 

Muchos análisis políticamente sesgados en Estados Unidos asumen que China quiere seguir haciendo lo que ha estado haciendo en los 1990 y durante la primera década de este siglo - exportando grandes volúmenes de productos de bajo-medio valor añadido a Europa y Estados Unidos. Trump se ha dado verdaderamente cuenta de que las dos naciones podrían ir más allá del "comercio injusto" el cual siempre insistió que "no era culpa de China", sino de la política económica estadounidense. En realidad, hace más de diez años, China cambió su motor de crecimiento económico usando crédito a gran escala para construir infraestructura económica de nueva y muy alta tecnología en China, y desde 2013, cada vez más, también, en otros países a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. 

Ahora, siempre cuando lo haga de esa manera, estará cambiando su economía nacional hacia "el crecimiento movido por el consumo", y esto supone, significativamente, no solo el aumentar el consumo por hogar - la calidad de vida - sino también un mayor consumo por parte de las compañías China, de importaciones de manufacturas de alta tecnología. Con este acuerdo comercial, China está permitiendo por primera vez a los exportadores estadounidenses a establecer filiales de comercio al por mayor, completamente suyas, en las ciudades chinas que son puertos de entrada, a través de las cuales puede vender sus productos en otras ciudades en China, aumentando sus beneficios por exportaciones.

Por tanto, el acuerdo comercial refleja las prioridades de ambos países, y ambos Presidentes bien pueden tener la visión de que están haciendo, en palabras de Trump, "una gran inversión entre ellos". Otros desarrollos recientes también antes de esta conclusión:

A finales de noviembre, China redujo los aranceles unilateralmente en casi 900 tipos de exportaciones de EE.UU., más de la mitad de ellos fueron bienes manufacturados. Y el segundo, los objetivos mencionados arriba - el aumento de las exportaciones a China, poniendo el comercio en equilibrio, y la mejora en  la industria y el estímulo en la fabricación en EE.UU. - que ya eran visibles en los meses anteriores a este acuerdo. Las exportaciones de EE.UU. habían aumentado de los $115.000 millones de dólares de estos últimos años, a avanzar (se estima) a $125.000 millones de dólares en 2019. Los déficit comerciales con China habían caído en más de un tercio.

(Hay otros acuerdos más generales como el de China estableciendo un sistema general legal de protección de propiedad intelectual y de cumplimiento, permitiendo a la empresa matriz estadounidense con completa propiedad financiera de sus filiales en China, una transferencia tecnológica completamente voluntaria, lo cual refleja también los cambios en política que China ya estaba haciendo antes del acuerdo).

Esto ha de verse en perspectiva; las exportaciones manufactureras estadounidenses han aumentado en el segundo semestre de 2019, mientras que toda la producción industrial de EE.UU. se ha estancado y la producción y empleo manufacturero ha caído. Esta así llamada "recesión industrial" es mundial, profundizándose rápidamente en Europa Occidental, y amenazando con desencadenar un crac financiero global en la deuda corporativa. Solo en los últimos meses recientes China ha mostrado signos de salir de ella. 

Bajo el acuerdo, la Administración Trump eliminó los aranceles que estableció originalmente y que entrarían en vigor en diciembre de 2019, también recortó los derechos aduaneros por valor de $120.000 millones de dólares de exportaciones China, de un 15% a un 7,5%. Pero desafortunadamente, en una declaración conjunta del 15 de enero, el representante de comercio Robert Lightizer y el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin dijeron que no había ningún acuerdo de retirar los aranceles impuestos en 2018 sobre importaciones de China por un total de más de $360.000 millones de dólares anuales. 


El USMCA beneficia a las industrias


El acuerdo EE.UU.- México -Canadá que el presidente Trump firmará esta semana es claramente un creador de empleo industrial , y aumentará los salarios y la calidad de empleo en algunas industrias en México, dado que este tiene el apoyo de la AFL-CIO tras algunas renegociaciones de los términos originalmente acordados. Hay estimaciones de que el USMCA aumentará el empleo manufacturero en Estados Unidos por 175-200.000 puestos. Esta es una cantidad pequeña - los empleos manufactureros aumentaron en 200.000 en 2017 y de nuevo en 2018-  pero revierte la caída que comenzó en 2019.

El mayor sector manufacturero que se extiende en los tres países es el automotriz y sus tiers, que junto con el aeroespacial, constituyen las mayores reservas de máquina-herramienta. Incluso como el USMCA fue aprobado en la Cámara, con aprobación garantizada en el Senado, la compañía Ford Motors anunció un aumento en la producción en dos de sus localizaciones en Michigan, produciendo 3.000 trabajadores para la producción.

El UMSCA contempla que el 45% de todo el "contenido automotriz" producido en Norteamérica, y el 75% de los vehículos de motor a vender en Norteamérica, deben ser producidos por trabajadores que ganen al menos 16$/hora. Este tendrá el efecto de aumentar algunos niveles de salarios industriales en México, así como aumentos en el empleo industrial en Estados Unidos y Canadá, donde la mayoría de los trabajadores de producción están ganando a ese nivel o más. 

El acuerdo tripartito también busca tratar de traer de vuelta la diezmada industria textil estadounidense; al requerir que muchos de los productos y subproductos textiles estén hechos en Norteamérica para cumplir con los requisitos para obtener los beneficios comerciales. Claramente, la industria textil de China es el objetivo de esto. La política industrial con orientación militar de Estados Unidos, comisionada en 2017 por el presidente Trump y publicada a comienzos de 2019 por el Pentágono con la dirección del asesor de comercio anti-chino, Peter Navarro, identifica todo el sector textil como uno que necesita el apoyo directo del gobierno federal. Ese informe denunciaba que los elementos críticos de los uniformes de alta tecnología de los servicios armados, por ejemplo, no se estaban haciendo en Estados Unidos, sino que se importaban principalmente de China

En muchos otros respectos, particularmente aquellos que tratan con la propiedad intelectual y el garantizar a los grandes bancos y firmas comerciales la capacidad de repatriar los beneficios, el acuerdo se parece al NAFTA que reemplaza. Una excepción es la reducción distintiva del USMCA en la duración de la protección de patentes farmacéuticas.


Los defectos del acuerdo para la agricultura


Pero, al igual que el NAFTA, el USMCA es peor respecto a las medidas agrícolas, que se han distorsionado y perturbado completamente en los 3 países durante los 25 años del NAFTA. Las medidas agrícolas presuponen la continuación de la reestructuración del NAFTA-OMC de la producción agropecuaria y las líneas de suministro de alimentos en EE.UU. y Norteamérica. Durante décadas, la producción se ha relocalizado en áreas de bajo coste, aumentando los beneficios de los cárteles de productos agropecuarios y de los inversores de Wall Street y de los acreedores. Por ejemplo, Estados Unidos, por medio de la economía de escala, se convirtió en el proveedor dominante de alimentos básicos en la dieta mexicana (maíz y alubias) a México, el cual  dejó de producirlas; México se volvió en el proveedor dominante para los estadounidenses de verduras y frutas que antes se producían en Estados Unidos. Todos los grupos alimentarios se han visto afectados.


La agricultura de EE.UU. se ha visto atada en corto tanto en el acuerdo comercial con Chinca, como con el USMCA. En las imágenes se muestran escenas familiares de granjas familiares desaparecidas en Norteamérica: Un campo de maíz en Virginia, cerdos en una granja porcina, un campo de soja en Tennesse, y ganado lácteo en Quebec..


El USMCA, ampliando al NAFTA, ofrece a los granjeros estadounidenses más exportaciones como alivio a la destrucción causada por los bajos precios y los resultados económicos agropecuarios negativos. Durante seis años, los precios de los productos para los granjeros han estado por debajo de sus costes de producción; miles de granjas familiares independientes a lo largo de  Norteamérica han sido clausuradas - especialmente las ganaderas y las centrales lecheras.  El grado de monopolización de procesamiento y comercio ha alcanzado registros extremos. La tasa de suicidios en las áreas rurales de Estados Unidos es la más alta en la nación. 

Algunos grupos de productos agrícolas aplaudieron rápidamente las acciones comerciales de esta semana, dado que se obtiene cierta previsibilidad en unas  circunstancias duras para los granjeros, que de otra manera, estarían fustigados por la especulación de commodities, la falta paridad federal de precios y las políticas de gestión de producción, y por supuesto, la mala meteorología. 

Pero hay un ejemplo de lo que se ha "ganado". La protección de granjeros  canadienses del sector lácteo respecto a los estadounidenses es reducida; los productores mexicanos de lácteos no tendrán protección; las exportaciones estadounidenses de lácteos aumentarán. Pero en cuanto a productos de vacuno, el USMCA no permite etiquetar el origen de la producción para información de los consumidores de EE.UU. Tal "etiquetado de origen" (COOL) para el vacuno estuvo en vigor de 2013 a 2015, pero el Congreso la eliminó bajo la presión del lobby global de empacadores de carne. Por lo que si el ganado de Canadá y México (o Brasil, Argentina, Australia, etc.) se sacrificara en Estados Unidos, o la carne se empacara en Estados Unidos, el producto tendría etiqueta de "Hecho en EE.UU.". Tyson, Cargill, JBS y National Beef/Marfrig procesan y empacan el 85% de todo el vacuno estadounidense.

La oportunidad de la Franja y la Ruta


Hay actualmente una complementariedad entre la demanda china y ciertos productos, y la capacidad estadounidense para producirlos. Como en los bienes manufacturados, hay un potencial ganar-ganar. Tomen por ejemplo la soja o el porcino: La explotación porcina china se ha reducido en un 50% en los últimos 18 meses por la fiebre porcina africana. La capacidad productiva de porcino estadounidense es grande, podría cubrir gran parte de la brecha en la dieta porcina china. Los aranceles porcinos fueron sencillamente uno de los casi 900 productos a los que se les redujeron los aranceles unilateralmente por parte de China en noviembre, aunque no se han eliminado con el acuerdo de primera fase. Y China necesitará importaciones de soja para construir de nuevo su ganado porcino. En la agricultura, y otros sectores económicos, China está en proceso de mejorar su niveles dietéticos y sus capacidad de producción doméstica. Es de interés de Estados Unidos el colaborar. 


Estos dos acuerdos comerciales, imperfectos como lo son, provienen, sin embargo, de un diálogo respetuoso entre los presidentes Trump, Xi y López Obrador. Por lo que muestran un potencial de que esos presidentes podrían discutir un orden superior de progreso en la productividad y el empleo productivo, que el comercio en productos industriales - esto es, una construcción conjunta de obras públicas de infraestructura de importante alta tecnología, incluyendo la emisión conjunta de crédito para ello. Xi Jinping continúa manteniendo abierta a Estados Unidos  la oferta de participación en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, para  que se una a sus proyectos de corredores y puertos a lo largo de Eurasia y sus proyectos en el Suroeste de Asia y África. Trump y López Obrador han discutido las últimas iniciativas conjuntas de infraestructuras propuestas por valor de $20.000-$30.000 millones de dólares, que van desde Río Grande en la frontera entre Estados Unidos y México y que pasa por los países de América Central. China está claramente interesada en tales inversiones en México.

Estas ideas requieren de un nuevo sistema internacional de crédito, o un nuevo Bretton Woods que, junto con la separación bancaria de Glass-Steagall, puede sacarnos de un nuevo crac financiero global que de lo contrario estaría ciertamente cerca.  Estos jefes de Estado, junto con los de Rusia, India y otras naciones que pueden unirse, deben lanzar ese sistema.

Fuente: Executive Intelligence Review

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